
porque terapizadas o no, seguimos acá!!!
coca
Comencemos por una definición fundamental: asertividad. ¿Por qué? Para poder dejar en claro, desde el comienzo, y sin misterios ni recursos literarios, la diferencia entre asertividad y avasallamiento.
Aquella persona asertiva es la que actúa en consecuencia de lo que piensa. La asertividad es aquella conducta o formato comunicacional que se sitúa entre dos extremos: la pasividad y la agresividad.
Pongamos el siguiente ejemplo: si voy en el ómnibus y el que viene al lado me está pisando el pie desde hace ocho paradas puedo:
a) gritarle durante prolongados minutos insultando a su madre, al cuadro del que es hincha poniendo en duda su masculinidad;
b) no decirle nada y patear a mi perro al llegar a casa;
c) comentarle adecuadamente que eso que el siente como una lomita debajo de su pie es el mío propio.
Probablemente, la forma c de comunicación sea la que traiga mejores resultados, y no es necesario que traiga manual alguno para demostrarlo, ni que salgamos a constatarlo empíricamente, ¿o sí?
¡¡¡Pero no!!!
Parece que nuestros amiguitos viven en un mundo a contramano, done la forma privilegiada no es la asertividad, sino la pura y dura pasividad (por las dudas, la respuesta b). Así nos quedamos todos frustrados, esperando una respuesta que probablemente él quisiera dar y que luego le comente al amigo
O peor...
Parece que a la hora de decir lo que pensamos, de comentar asertivamente (según se explicita en la respuesta c) alguna idea que se nos cruza por la mente... pasamos a una categoría de la que nunca más saldremos: "sos avasallante". Y ahí nos quedamos. Esperando que él diga lo que nunca va a decir, con tal de evitar el estigma...
Al final, el ser asertivas nos lleva a ser tachadas de avasallantes, término que implica agresividad, y un dejo de violencia... cuando las realmente violentadas somos nosotras: obligadas a no ser nosotras mismas, y sin lograr nada de lo que queremos...
Se trata de una característica peligrosa, ya que, si una no está entrenada en la materia, puede pasar desapercibida por un buen tiempo. El discapacitado emocional es parte de nuestras vidas y, por lo tanto, es indispensable desarrollar herramientas para detectarlo. Aquí van
Cuando empieza a salir con alguien, el Discapacitado Emocional (DE) prefiere usar términos tales como "verse", "verse si pinta", "hacer algo", "pasar por ahí", u otros sinónimos de co-presencia que no impliquen ni remotamente la posibilidad de esa palabrita tan temida que no podemos ni pronunciar.
El DE prefiere comunicarse por msn o algún otro software para chatear, dado que la informalidad y espontaneidad del medio de comunicación le resulta menos aterrador que otras formas mucho más comprometedoras, como el mail o el sms. La comunicación telefónica tradicional, en cualquiera de sus versiones, está absolutamente por fuera de sus esquemas.
Una vez que se produce el "encuentro" (de la forma más casual posible), el DE intentará denodadamente que eso no parezca una "cita" con otros aires más… comprometedores. Y si para ello es necesario recurrir repetidamente a la historia de cómo recién terminó una relación y "no está para nada serio", lo hará. Y si le parece que eso no es suficiente, podrá también usar el recurso de contarte, con un dejo de complicidad, sus armas para la seducción y otros secretos que lo hacen tan exitoso con tus congéneres. Y, claro, siempre existe la posibilidad de que directamente no sea un gran fanático del diálogo (excepto para temas claramente "objetivos").
El DE tratará por todos los medios de que pienses que no le importás, sin prejuicio de qué tan cierto sea eso. Para ello limitará la frecuencia de las salidas (perdón, los "encuentros") y comunicaciones, y no dudará en emplear métodos más crueles si lo considera necesario (no saludarte en tu cumpleaños, felicitarte si te recibiste o cambiaste de trabajo, no ofrecer su ayuda en caso de enfermedad, etc.).
Como en el fondo sí le importás, jugará siempre al no vivir y no dejar vivir. Él necesita que "estés" en algún lugar del ciberespacio o del mundo real, dispuesta siempre a un nuevo "encuentro", siempre que tengas claro que es eso y nada más.
El DE tiene miedo de tener miedo de tener miedo de que en algún momento lo invada algún sentimiento que pueda atarlo a vos. Por eso necesita creer que no está contigo y que vos no estás con él, aunque de hecho lo estén. Él no quiere sufrir y por eso no puede con ninguna forma de "compromiso" afectivo (sí, dije la palabra), aunque este sólo exista como fantasma en su propia cabeza.
El lema del DE, siempre es: salimos pero hacemos como que no salimos y los demás hacen como que no lo ven... ¡Cuidado! Si pasás más de tres meses en esta situación, cambiá de terapeuta... o de "encuentro".
Fan del Mimo
Esta es la columna de un nuevo colaborador, Damián. La hemos bajado del sitio de la revista Freeway (ay, sí, sépanlo... Acá respetamos los derechos de autor!!! Nada de andar levantando por ahí sin citar fuente)... No tiene desperdicio...
"Yo estuve poseída por Xuxa", nos cuenta Ana -no es su verdadero nombre- quien en 1991 sufrió lo que la Iglesia Católica Uruguaya catalogó de "posesión lesbodemoníaca (se denomina así cuando tanto el espíritu, como la posesa son del sexo femenino) de erotismo explícito y cadencia obscena".
Todo empezó en la tarde del 25 de octubre de 1991, cuando Ana, de 11 años, practicaba una de las coreografías de la animadora brasilera. Ana estaba acompañada de su amiga Marita. "Lo único que recuerdo es que hacía la coreografía con Marita. Di un pasito para el frente, y cuando di el pasito para atrás no me acuerdo de nada más hasta que me desperté en el sanatorio".
Ana vivía en las afueras de Bella Unión. El hecho, como todos recordamos, conmocionó a todo el país. Si bien antecedentes de posesiones demoníacas los hay y muchos, las autoridades eclesiásticas no sabían cómo enfrentar este caso en el cual quien realiza el acto de posesión no es el rey del inframundo, Satanás, sino la reina de los bajitos, Xuxa.
El agua bendita no funcionaba, los rezos eran inútiles, y mejor no recordar lo que hizo con el crucifijo (aunque la escatológica foto del estado en que salió la cruz, a pesar de todos los esfuerzos, aún circula por Internet).
No encontrar solución obligó a las autoridades a seguir indagando. Llegaron así a Marita, amiga de Ana, quien confesó haber hecho un pacto con Marlene (manager de Xuxa) por medio del cual se comprometía a entregarle uno de cada uno de sus órganos pares al cumplir los 18, a cambio de "enviar" a Xuxa contra su amiga.
"Éramos chicas", nos cuenta Marita, quien fuera prácticamente vaciada en 1996. "La pelea fue por un poster de Chris Morena. Yo no sabía lo que hacía. Marlene entró a matar animales y me asusté mal. Después echó un pelo de Xuxa en la pócima y me dijo que cuando diera el pasito para atrás le tirara un poquito en la nuca. Dijo que por seis días, ni uno más ni uno menos, me la tenía a la Ana- poseída por Xuxa".
Así fue. A los seis días todos los síntomas y anomalías que aquejaban a Ana desaparecieron del mismo modo en que llegaron. Se intentó juntar firmas para prohibir la exhibición del programa, pero no prosperó. Después hubo una suerte de moda -más en Brasil que acá- y a los actos de posesión los disimulaban con el viejo y querido "virus" que te ataca 6 días y te provoca comportamientos extraños.
Ese año Xuxa figuró en la revista Forbes como una de las mujeres más ricas del mundo. Y se lo ganó.
Pelo por pelo.