lunes, 26 de mayo de 2008

Un pelo de Xuxa

Esta es la columna de un nuevo colaborador, Damián. La hemos bajado del sitio de la revista Freeway (ay, sí, sépanlo... Acá respetamos los derechos de autor!!! Nada de andar levantando por ahí sin citar fuente)... No tiene desperdicio...

"Yo estuve poseída por Xuxa", nos cuenta Ana -no es su verdadero nombre- quien en 1991 sufrió lo que la Iglesia Católica Uruguaya catalogó de "posesión lesbodemoníaca (se denomina así cuando tanto el espíritu, como la posesa son del sexo femenino) de erotismo explícito y cadencia obscena".

Todo empezó en la tarde del 25 de octubre de 1991, cuando Ana, de 11 años, practicaba una de las coreografías de la animadora brasilera. Ana estaba acompañada de su amiga Marita. "Lo único que recuerdo es que hacía la coreografía con Marita. Di un pasito para el frente, y cuando di el pasito para atrás no me acuerdo de nada más hasta que me desperté en el sanatorio".

Ana vivía en las afueras de Bella Unión. El hecho, como todos recordamos, conmocionó a todo el país. Si bien antecedentes de posesiones demoníacas los hay y muchos, las autoridades eclesiásticas no sabían cómo enfrentar este caso en el cual quien realiza el acto de posesión no es el rey del inframundo, Satanás, sino la reina de los bajitos, Xuxa.

El agua bendita no funcionaba, los rezos eran inútiles, y mejor no recordar lo que hizo con el crucifijo (aunque la escatológica foto del estado en que salió la cruz, a pesar de todos los esfuerzos, aún circula por Internet).

No encontrar solución obligó a las autoridades a seguir indagando. Llegaron así a Marita, amiga de Ana, quien confesó haber hecho un pacto con Marlene (manager de Xuxa) por medio del cual se comprometía a entregarle uno de cada uno de sus órganos pares al cumplir los 18, a cambio de "enviar" a Xuxa contra su amiga.

"Éramos chicas", nos cuenta Marita, quien fuera prácticamente vaciada en 1996. "La pelea fue por un poster de Chris Morena. Yo no sabía lo que hacía. Marlene entró a matar animales y me asusté mal. Después echó un pelo de Xuxa en la pócima y me dijo que cuando diera el pasito para atrás le tirara un poquito en la nuca. Dijo que por seis días, ni uno más ni uno menos, me la tenía a la Ana- poseída por Xuxa".

Así fue. A los seis días todos los síntomas y anomalías que aquejaban a Ana desaparecieron del mismo modo en que llegaron. Se intentó juntar firmas para prohibir la exhibición del programa, pero no prosperó. Después hubo una suerte de moda -más en Brasil que acá- y a los actos de posesión los disimulaban con el viejo y querido "virus" que te ataca 6 días y te provoca comportamientos extraños.

Ese año Xuxa figuró en la revista Forbes como una de las mujeres más ricas del mundo. Y se lo ganó.

Pelo por pelo.

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